Chinitacorazon's Blog

Archive for junio 2010

 

Estar enamoradas es algo que nos resulta bonito y agradable, es descubrir lo bella que es la vida, es confundir las noches con los días, es surcar los atardeceres más bellos para despertar a la vera del amanecer… ¿pero qué pasa cuando es amor no es correspondido?

Sin duda alguna, tememos al rechazo de la persona que amamos, deseamos ser felices a su lado y no separarnos ni por un instante, pero cuando no nos corresponden lo mejor que podemos hacer es ¡ACEPTARLO! Aunque nos duela, nos hiera y haga llorar.

 

Para muchas personas el asunto se explica de una forma “lógica”, además de obvia: ¡te enamoraste sola!
Pero no es tan sencillo de entender, pues enfocamos todo nuestro amor en alguien que no quiso recibirlo, nos tejemos unas alas que de repente se rompen de un solo tajo, provocando un regreso a la tierra que resulta doloroso y decepcionante.

En estos casos, lo primero que hacemos es pensar en las razones por las cuales sufrimos el rechazo, nos martirizamos buscando recordar lo que hicimos bien o mal, sin tener en cuenta que no todas las personas en las que nos fijamos deben correspondernos, ¿y qué podemos hacer?

Así es el amor, a veces correspondido, a veces ignorado. Sin embargo, no puede evadirse ese sentimiento de tristeza que no te desampara: cae tu autoestima y te sientes incapaz de encontrar a otra persona que verdaderamente te ame, pues te llenas de prejuicios a causa de la decepción que acabas de sufrir, piensas que aunque el sol salga las nubes aún cubren tu cielo, la vulnerabilidad no se hace esperar y aunque intentes ocupar tu cabeza en algo nuevo, el recuerdo te persigue: caminas por las calles en donde compartiste con él o ella, pasas por el restaurante en donde solías cenar en su compañía, miras el programa de televisión que tanto le gustaba… El aire está impregnado de su aroma y tu corazón de sus recuerdos…

Cuando terminas con una relación de pareja, siempre te dicen que debes vivir tu duelo; de igual manera un amor no correspondido debe tener su duelo, pues es la única forma de liberarse del quebranto emocional que se vive, hay que ser conscientes de que lo más importante es nuestra voluntad para dejar ir a esa persona que no nos ama aunque le amemos, lo mejor es alejarnos de su vida aunque a veces sientas morir en el intento.

¡Estar triste no está mal! ¡Y llorar y sufrir por ello tampoco! Porque al fin de cuentas no lloras por esa persona que no te amó, sino por lo que tú SIENTES por ella. Date la oportunidad de cerrar el ciclo con esa persona, así no tendrás reticencias con tu pasado.

Por último, el hecho de que no hayan salido las cosas como anhelabas no significa que no eres una persona para amar con corazón, vida y alma. Eres una mujer muy valiosa y todo llegará a ti a su debido tiempo, mereces una persona que corresponda a tu amor, que te colme de besos y te llene de bonitos e inolvidables momentos.

 

 A lo largo de la vida hay etapas en las que la palabra “amor” tiene diferentes significados, colores y matices para nosotras.

El amor es algo muy complejo y cada cual lo vive diferentemente. Para unas personas el amor debe implicar compromiso, otras piensan que si son amadas serán felices, otras piensan que es algo que dura para siempre mientras otras temen por la caducidad que pueda tener.

Y sin embargo, pese a los diferentes modos de verlo, todas queremos tener amor.

 

De toda la vida se nos ha enseñado que el amor conlleva compromiso, que si alguien te ama lógicamente también querrá comprometerse contigo. Pero no es así, se puede amar a una persona sin tener ganas de comprometerse. Quizás sea conveniente que evites el amor que se entrega sin compromiso.

Por lo general, las mujeres tan pronto escuchamos decir “mi amor”, “te amo”, en nuestra cabeza de inmediato nos vemos vestidas de novias. O al menos pensamos que si alguien nos quiere estará dispuesto a dejarlo todo de lado por estar a nuestro lado.

Pero no siempre es así, y aunque pueda doler darse cuenta de ello, debemos aprender a reconocer que muchas veces quieren entregarnos un amor sin compromiso, un amor que no toma el camino que deseamos.

La palabra “amor” la sentimos como si de una palabra mágica se tratase, como algo que está destinado a durar para siempre y que por ello mismo, lógicamente conllevará compromiso. Pero si tan pronto escuchamos esas palabras pensamos que será así, puede que estemos cometiendo un grave error.

El amor es algo que una misma debe entregarse:

El amor debe ser sentido y vivido por una misma, como quieras: lo puedes envolver en pañuelos de sedas, guardarlo en baúles… puede ser tan bueno como tú quieras que sea, lo puedes vivir a tu manera.

Sólo serás completamente feliz cuando logres comprender que el amor te debe hacer feliz a ti misma. En el momento que así lo vivas llegarás a comprender por fin que la felicidad depende de ti, solamente de ti, de tus aciertos y tus errores, de las cosas buenas que puedas vivir o sentir.

– Eres dueña de ti misma –

Debes descubrir que el amor y la felicidad no es algo que dependa de otras personas sino que de ti misma.

Se puede ser muy feliz aun en la más completa soledad. A veces estando sola puedes tener la paz que necesitas, incluso puede llegar a ser tu mejor compañera (la propia soledad), porque tú misma eres fuente inagotable de amor. Incluso puedes dar y repartir amor amor a los demás sin necesidad de entregárselo a una sola persona.

Nunca te olvides que eres capaz de dar vida y seguirás llena de amor, porque las mujeres somos eso, capaces de darlo todo y aun así seguir siendo felices por el sólo hecho de vivir.

Nuestras vidas serán satisfechas cuando lleguemos a comprender que el amor no es cuestión de tener pareja sino algo que ya está a nuestro alcance: Nosotras mismas somos las dueñas de nuestro propio destino y de la felicidad de nuestro corazón. No es algo que se nos deba entregar porque es algo que ya tenemos, sólo que a veces tenemos que darnos cuenta de ello.

La palabra “AMOR” la puedes vivir y disfrutar intensamente con todas tus ganas, siempre que no te hagas dependiente de nada ni nadie.

No permitas que el amor te haga ni dependiente, pero tampoco posesiva con nada.

Aprendamos a dejar salir de nuestras vidas lo que no va con nosotras, no permitamos que nos manipulen el corazón o los sentimientos en nombre del amor. Alejemos lo malo de nuestra vida, no permitamos que gobiernen nuestros sentimientos o nuestra persona.

Creer o esperar que nuestra felicidad depende del amor que otras personas nos entreguen es un error y algo que debes olvidar ya mismo; pensar así sólo te traerá decepciones, penas y tristezas. Nadie puede vivir la vida de otros, nuestra felicidad está dentro de nosotros y sólo nosotras mandamos sobre nuestro cuerpo y mente.

El amor podrá morar eternamente en tu corazón siempre y cuando no dejes que tu felicidad dependa de otras personas. Eres tan capaz y valerosa que todo está en tus manos, tú eres la constructora de tu vida y felicidad, nadie te puede quitar ese privilegio, eso sólo te corresponde a ti.

El amor y la felicidad es un regalo para una misma, es regalarse paz, es soltar las cargas, es decidir mirar la luz de nuevo, y con determinación caminar hacia ella. Todo lo bueno está dentro de ti, anímate a amar y dar felicidad sin esperar que te lo den, no lo esperes, sólo regálalo.

Somos criaturas de amor, somos amor, somos mujeres y como tales somos más valiosas que el mismo oro o el más preciado diamante

 

Se dice que el amor más auténtico y verdadero es el que se da libremente y sin condiciones… Pero pese a que suena muy bonito decirlo, es una utopía y algo que realmente no es tan bueno como suena.

Cuando somos buenas con alguien, esperamos ser tratadas de la misma manera. Cuando amamos a alguien, esperamos que esa persona también nos ame. Y es que, pese a lo mal que pudiera sonar, el amor con condiciones puede ser bueno.

 

La vida es un una constante lucha por conseguir lo que deseamos, y muchas veces eso que deseamos se encuentra cada vez más lejos de nosotras porque hemos dado sin medida y sin condiciones. Cuando nos entregamos completamente sin esperar nada a cambio, en realidad, aunque no lo digamos, damos por sentado que todo cuanto hagamos y demos va a ser reconocido y valorado.

Nuestra felicidad constantemente se ve empañada por eso mismo, por las expectativas que tenemos de los demás, de lo que recibiremos a cambio de nuestro amor y del sacrificio que realizamos. Cuando por ejemplo nuestra pareja no parece apreciar lo mucho que hacemos por él, nos volvemos descontentas, insatisfechas y lógicamente frustradas. Siempre esperamos algo, aunque sólo sea un poco de reconocimiento por el amor que estamos entregando. Si no recibimos nada, ni eso, nuestra vida puede volverse frustrante y amargada.

“Le amé sin condiciones, sin esperar nada a cambio” o a lo mejor deberíamos decir sin pedir nada a cambio”.

¿Es sano amar y dar sin condiciones?

Pensamos muchas veces que si amamos incondicionalmente obtendremos la felicidad, o que amar así nos hará más valiosas para nuestra pareja. Así es como muchas veces caemos en los errores más grandes, porque damos sin esperar nada a cambio, nos entregamos sin pedir ni exigir igualdad de derechos y obligaciones.

Las mujeres que se entregan sin condiciones nunca aprenden a poner límites, y es muchas veces es la mujer misma quien le enseña a su pareja a ser más egoísta, a pensar sólo en él y a no poner atención a las necesidades de ella.

Pero, ¿somos en verdad incondicionales o estamos poniendo condiciones para todo lo que hacemos o damos?

Sin darnos cuenta utilizamos la frase “hago esto por ti, pero con una condición” estamos poniendo condiciones incluso a nosotras mismas, nos damos cuenta de ello cuando hablamos de nuestra autoestima, lo vemos también cuando estamos sufriendo por un amor fallido.

“Mi autoestima está muy baja porque me dijo cosas horribles, me va a costar mucho recuperarme… pero lo voy a lograr, porque para amarme yo misma tengo que sentir que valgo algo”.

Consciente o inconscientemente creamos condiciones que ni siquiera nosotras mismas reconocemos, si vemos un poco dentro de nosotras mismas, nos daremos cuenta que nos gusta amar pero con el condicionante de ser amadas a cambio; buscamos razones para amar y que nos amen.

“Después de todo cuanto he hecho por él, se fue” esa frase tan común que viene de una decepción amorosa sólo nos demuestra que inconscientemente pusimos una condición para dar lo que dimos, “mis hijos no se acuerdan de mí pese a todos los sacrificios que hice por ellos…”

Debemos poner condiciones, es igual o parecido a poner los límites entre los derechos y obligaciones. La confianza se gana con acciones, para conseguir lo que queremos o damos debemos poner en práctica buenas acciones. Pero es necesario hablar, pedir, establecer las reglas necesarias en el hogar y en el trabajo. Hay que poner límites y condiciones incluso con las mejores y más queridas amistades, porque a un buen amigo se le quiere y se le aprecia, pero cuando haces algo por ese amigo, íntimamente das por hecho que estará allí cuando tú lo necesites.

No es malo dejar entender que se hace todo lo que está al alcance de nuestras manos por alguien, que lo hacemos para merecer lo que queremos. Llámese amistad, amor de pareja, amor de hijos, etc., lo cierto es que necesitamos amar con condiciones. Si realmente pudiéramos amar incondicionalmente, no existirían tantas personas sufriendo porque “él” o “ella” decidió irse. Es bien sabido que si el amor es sin condiciones lo importante es que la otra persona sea feliz, pero esto no resulta tan sencillo, pues se sufre porque se espera que a la persona a quien entregas amor te de amor, que te ame como tú le amas.

Creo que el único amor incondicional que existe es el de la madre hacia sus hijos. Tenemos todo el derecho de poner condiciones, de señalar nuestros derechos y obligaciones por igual, no importa en qué o con quien. No olvidemos que tenemos el derecho de pedir en la misma medida que damos, es muy importante recordar que es más hermoso dar que recibir, pero también necesitamos recibir para sentirnos amadas, valoradas y apreciadas. Si sentimos que no nos dan lo que merecemos pidámoslo, siempre existe la forma de dar y recibir sin caer en el egoísmo ni la ambición

Todas queremos ser amadas incondicionalmente, que por encima de cualquier error, fracaso o triste suceso se nos siga amando. Necesitamos amor y deseamos que el amor sea incondicional, como el que nosotras mismas decimos tener.

Pero, ¿es posible realmente el amor incondicional o es un valor abstracto e inalcanzable? ¿Alguien ama sin condición alguna? ¿Sin esperar nada a cambio, ni siquiera algo de amor?

 

Recientemente la Asociación Estadounidense de Hospitales Veterinarios realizó una encuesta en base a la hipótesis de “¿A quién llevaría de compañía si tendría que vivir en una isla desierta?, los datos fueron altamente reveladores, dado que un 80% de personas declararon que su acompañante perfecto sería su mascota por el amor incondicional que le retribuyen.

Me quedé pensando un largo rato sobre lo que había leído, mientras veía a mi perro “Tango”, acostado en el sillón de la sala lamerse las patas delanteras. Susurré su nombre con un tono meloso y volteó con urgencia hacia mí.

El porqué de las respuestas ciertamente estaba relacionado con la necesidad que los seres humanos arrastramos desde que nuestros padres dejan de ser dioses y la incondicionalidad del amor se acaba. Cierto es sin embargo, que toda regla, tiene su excepción, hemos visto por noticias, experiencias cercanas o propias que esa “incondicionalidad del vínculo paternal (incluyo en la palabra madres y padres) es otra creencia absoluta que deberíamos comenzar a rediseñar. Sin embargo, para seguir en la línea de mi pensamiento, “la incondicionalidad” es otra veta tramposa que la sociedad le ha impuesto al amor.

Nos gusta gritar a viva voz que somos capaces de “cualquier cosa” por ese otro, que “amamos” en sin condiciones, y que por sobre todas las cosas, el verdadero amor es incondicional, como diría Luis Miguel: “Tú, la misma de ayer, la incondicional, la que no espera nada”.

“Incondicional”

Una pregunta a realizarse es: ¿en la vida real este gran adjetivo es factible de actuar (ejercerse) o sólo es una linda máscara que nos hace “quedar bien hacia afuera y sentirnos buenos hacia dentro”?

Para poder responder a estas interrogantes, comencé por donde un sabio amante de las palabras comenzaría: el diccionario de la Real Academia Española.  Mi desconfianza se coronó de sorpresa al revelarme que incondicional es un adjetivo que significa “ABSOLUTO, sin restricción ni requisito”.

Comencé a analizar el término desde su concepto a la aplicación coloquial concedida por los usos y costumbres. Si ser incondicional es no tener límite alguno, ni exigencia ¿por qué pretendemos en las relaciones que él otro me comprenda o me acepte tal cual soy? ¿Acaso esa no es una condición? Si el auténtico amor es el que no está condicionado ¿Por qué nos ofendemos cuando el otro actúa de forma diferente? Si ser INCONDICIONAL es no esperar nada a cambio, como la amiga de Luis Miguel, ¿Por qué nos sentimos amenazados cuando nuestra pareja decide destinos distintos a nosotros? Acaso nuestras relaciones ¿no están supeditadas a circunstancias?

Nuestro perro es el mejor amigo que tenemos siempre y cuando no orine o no se coma los muebles de la casa, porque cuando lo hace, lejos de “generar aceptación,” creamos ESTRÉS, pues el animalito no se comportó “cómo debía”. ¿Será tal vez, que anhelamos un vínculo incondicional del otro hacia nosotros, pero sujeto a restricciones de acá para allá? ¿Seguiremos atados a la fantasía infantil de la seguridad emocional profesada por nuestros progenitores?

Sea cuál sea el motor que nos lleva a esa búsqueda inexistente, me pregunto con infame ingenuidad ¿qué tiene de malo que el amor adulto sea condicional? ¿Acaso no nos hace más responsable de las relaciones que creamos?

Si somos conscientes de que el vínculo que estamos estableciendo tiene fronteras, fondos, demarcaciones; que vive porque ambos insuflamos oxígeno, nutrientes; que es la respuesta a la dedicación TUYA + MÍA (y no una secuela azarosa del destino), habremos aprendido que debemos “cuidarlo”, “observarlo”, “mimarlo”, “alimentarlo”, “protegerlo de las flaquezas, de la rutina, de las tentaciones”.

Qué depende de NOSOTROS (tú+yo+ más nuestros miedos) para que siga VIVO.

Entenderemos que el AMOR por sí sólo no es suficiente (o que lo es en un plano abstracto) que siempre necesita de NOSOTROS para fluir y no desvanecerse en el intento de SER.

 

“Ningún ser humano es tan rico que no necesite de un buen amigo y ninguno es tan pobre que no lo pueda tener”.

Todos en esta vida necesitamos de un buen amigo, con algunas personas llegamos a ser tan buenos amigos que podríamos decir que más que amistad es “hermandad”, podemos llegar a conocernos tan bien que pensamos que la amistad puede sobrevivir cualquier discusión y cualquier cosa. Pero a veces estas amistades se rompen por discusiones tontas y sin importancia.

A veces sucede que por pasar tanto tiempo junto a nuestros amigos dejemos de prestarles la debida atención, y que pensando que como hay tanta cercanía no es necesario actuar con respeto y amabilidad.

El respeto mutuo es algo que no puede ni debe faltar en ningún tipo de amistad, ya sea con los amigos más cercanos o con los amigos ocasionales. ¿Cómo podemos hacernos querer si no nos respetamos?

Debemos tener cuidado de no discutir por diferencias de opiniones, esto podría echar a perder una amistad profunda, verdadera y muy importante para nosotras. Debemos tomar en cuenta que parte del respeto, es aceptar que las opiniones de otros son tan importantes como las nuestras.

Igualmente, debemos poner en practica nuestra tolerancia para las pequeñas cosas que nos hacen diferentes. Precisamente esas pequeñas diferencias pueden fortalecer una amistad, muchas veces necesitamos aceptar que estamos equivocadas en algunas de nuestras opiniones, ver las cosas desde el punto de vista de nuestro amigo/a tratando de ser flexibles, y dejando que nuestra amiga se quede con la idea de hacer lo que a nosotras no nos gusta. Después de todo, todo ser humano es diferente y si las personas que nos rodean fuesen exactamente igual a nosotros, nuestra vida sería monótona y totalmente aburrida.

No podemos ni debemos olvidar lo importante que son nuestros amigos en la vida, muchas veces no les reconocemos el verdadero valor que tienen, sin pensar que muchas veces si no tuviéramos a esa/ese gran amigo/a seríamos una persona totalmente diferente. ¿Cuántas veces recurrimos a la familia por ayuda en algo complicado y no encontramos respuesta? Pero en cambio recurrimos a nuestras amigas y encontramos una respuesta inmediata y la ayuda que necesitamos.

Una amistad sincera, duradera y verdadera, no se desarrolla de la noche a la mañana, pero una amistad se nutre respetando nuestros propios sentimientos y los de otras personas, ninguno es débil por confiar penas, alegrías y temores con el amigo/a, después de todo la amistad es un compartir y tener respuestas mutuas a nuestras necesidades de comunicación con los demás.

Cuidemos de nuestros amigos, especialmente de aquellos que han estado en los buenos y los malos momentos como el más preciado tesoro. Muchas veces no le prestamos la debida atención a quien está a nuestro lado, una palabra, un gesto, un “te quiero”, una visita y todo regresa a nosotras mismas. Consideremos que cuando damos, en la misma medida recibimos.

¿Cómo cuidas de tus amigos?

Existen los hombres buenos, y entre ellos excelentes padres que merecen reconocimiento por parte de los hijos, esposa y sociedad.

Hay padres que han ido contra viento y marea por dar a sus hijos educación, manutención, cuidado y amor.

Sí, hay padres que merecen ser honrados y reconocidos.

Al hombre de nuestro mundo se le ha catalogado siempre de ser “el sexo fuerte”, el que está física y emocionalmente capacitado para enfrentarse a retos y desafíos en los que la mujer, supuestamente no tiene capacidad, por su condición de “mujer débil”, al menos en lo físico; se dice muy comúnmente que la existencia de la mujer se limita al amor del hombre,  es muy común que la mujer nunca pida nada a cambio por amar y por dar todo de si misma.

Se habla de traición y se piensa inmediatamente en el “ingrato hombre” que se fue y dejó a la mujer al cuidado de sus hijos, siempre se ha dicho que “una madre para cien hijos y un padre para ninguno”.

¿Pero qué pasa cuando a la madre se le olvida la sagrada tarea de cuidar de sus hijos? Pensamos y con mucha razón que el hombre busca la salida más fácil, abandona el hogar para sentirse libre de buscar nuevas emociones, es más fácil para el hombre visitar cuando pueda o cuando quiera a sus hijos y darles aunque no siempre, lo que considera ser razonable para su manutención. Sabemos que siempre ha existido la injusticia contra las mujeres, pero también hay injusticias contra los hombres, contra el hombre esposo, contra el hombre padre y por supuesto contra los niños hijos:

La mujer que engañó al esposo, que le robo todo cuanto hizo para sus hijos, que lo dejó en mitad de la calle sin pensar en la desolación, la tristeza, desesperación e impotencia que le producía así. Afortunadamente, al igual que muchas mujeres se levantan de la nada para salir adelante con sus hijos, así también hay muchos hombres, que ponen de manifiesto su nobleza, arropan a sus hijos para tratar de sustituir el amor de la madre que se marcho sin pensar en lo que dejaba atrás y lucha día a día para el sustento de sus hijos y mas aun, ahora también lucha porque a sus hijos no les falte los abrazos, los besos y los te amo, de la madre.

Dicen que en el amor, siempre hay uno que sufre y otro que se aburre, al hombre se le ha implantado en la mente que “un hombre no debe llorar” ¿pero acaso no necesita descargar su alma y corazón de los efectos de la traición, al igual que la mujer? Mucho se habla de mujeres que han sido maltratadas y que han sido objeto de la traición por falta del esposo, pero no cuesta admitir que también hay mujeres que buscan su libertad a costa de la felicidad de sus hijos y muy a pesar de las veces que haya sido perdonada por sus infidelidades, para finalmente salir de su sagrado hogar y abandonar sueños, esperanzas y amor. Así como el hombre se le cataloga de no tener conciencia ni derecho para abandonar a sus esposa con sus hijos, tampoco la mujer tiene derecho de destruir la felicidad de sus hijos.

Ambos padres han sido delegados para cuidar y respetar a sus hijos, apoyarse de una u otra forma, para la buena formación y de proveerles un hogar de amor con o sin padre.

Ahora que se acerca el día del padre, pensemos en los padres que luchan y se dividen en dos, en el de padre y madre para llenar el vacío que por cualquier circunstancia quedó vació por la separación de una madre. Hay padres sacrificados, abnegados, que lo ha sacrificado todo para cumplir con sus hijos y los llena de amor, padres a los que se les llena el corazón de ternura y se arman de coraje y valentía para cuidar y defender a sus hijos que lo necesitan.

 

Cuenta la historia que en cierta ocasión, un sabio maestro se dirigía a un atento auditorio dando valiosas lecciones sobre el poder sagrado de la palabra y el influjo que ella ejerce en nuestra vida y la de los demás. De repente fue interrumpido por un hombre que le dijo airado:

¡No engañe a la gente! El poder está en las ideas, no en la palabra. Todos sabemos que las palabras se las lleva el viento. ¡Lo que usted dice no tiene ningún valor! El maestro lo escucha con mucha atención y tan pronto termina, le grita con fuerza: ¡Cállate, estúpido; siéntate, idiota! Ante el asombro de la gente, el aludido se llena de furia, suelta varias imprecaciones y, cuando estaba fuera de sí, el maestro alza la voz y le dijo:

-Perdone caballero, lo he ofendido y le pido perdón. Acepte, por favor, mis sinceras excusas y sepa que respeto su opinión, aunque estemos en desacuerdo.

El Señor se calma y le dijo al maestro: -Lo entiendo… Y también yo le presento mis excusas por mi conducta. No hay ningún problema, y acepto que la diferencia de opiniones no debe servir para pelear sino para mirar otras opciones. El maestro le sonrió y le dijo: perdone usted que haya sido de esta manera, pero así hemos visto del modo más claro, el gran poder de las palabras. Con unas pocas palabras lo exalté y con otras le he calmado.

Reflexión…
Las palabras no se las lleva el viento… Las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente. Las palabras curan o hieren, animan o desmotivan, reconcilian o enfrentan, iluminan o ensombrecen, dan vida o dan muerte. Con pocas palabras podemos alegrar a alguien y con pocas palabras podemos llevarlo al desaliento y desespero. ¡Ah, cuanta falta nos hacer tomar conciencia del tremendo poder las palabras!

Ellas moldean nuestra vida y la de los demás. Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio. Piensa en esto y cuida tus pensamientos porque ellos se convierten en palabras y cuida tus palabras porque ellas marcan tu destino. Hay que comunicarse y cuando el silencio es el mejor regalo para ti y los que amas. Eres sabio si sabes cuándo hablar y cuando callar. Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuanto estés airado y resentido y habla sólo cuando estás en paz y que el viento nunca se las lleve. Las palabras encierran una energía creadora que transforma.
 

 

A muchas nos ha pasado alguna vez que al comenzar una relación de pareja, las virtudes de nuestro nuevo compañero han sido exaltadas en su máxima potencia, exageradamente.

Pero según pasa el tiempo le vamos descubriendo pegas, descubrimos que no es un personaje salido de un cuento de hadas, las cosas cambian… y ahí, en ese momento comprobamos la madurez de nuestro amor.

 

Al enamorarnos de nuestra nueva pareja vivimos pendientes de él, arrojamos fuera de nosotras cualquier conversación interna que no esté vinculada a nuestro enamorado, compramos regalos, cambiamos de vestuario, de peinado, de dietas; frecuentamos menos a nuestras amistades, y agotamos todo nuestro tiempo en recordar y evocar el próximo encuentro…

Todo gira alrededor de ese nuevo “ser” magno que parece reflejar la exactitud de nuestra búsqueda, la pieza perfecta que encaja en nuestro rompecabezas.

Conforme pasa el tiempo, las cosas comienzan a cambiar. Por alguna extraña razón, ya no vemos en nuestra pareja los mismos colores, brilla menos, hasta a veces parece volverse opaco, y los amigos comienzan a ocupar un nuevo lugar en nuestras vidas: son los oídos que prestan atención a lo que nos sucede en el terreno amoroso.

Los pies fríos sobre nuestras piernas ahora, fastidian, los encuentros se reducen a saludos convencionales, el invierno se ha instalado entre nosotros y nadie se atreve encender la chimenea.

La mayoría de las parejas pasan por estas fases, por este tobogán de emociones, comienzan en la cima, durante el enamoramiento, con un descentramiento del YO que nos hace perder la noción de quienes somos, y de quién es el otro y  en este proceso “nuestra pareja” es lo que nosotros queremos ver.

Más tarde, la pasión serena sus aguas y da paso al amor, un sentimiento profundo; diferente al enamoramiento, que es simplemente un estado de ilusión que nos permite acercarnos sin defensas al OTRO.

Pero este segundo peldaño en la relación no es menos poderoso que el primero, por el contrario, es el más agudo y complejo; sin embargo muchas veces descuidado.

En distintos escenarios cotidianos se pueden escuchar voces de hombres y mujeres reclamando la falta de “cariño, comprensión, escucha, tiempo” de sus parejas. Los encuentros sexuales que en el pasado eran una fiesta, en la actualidad son esporádicos u obligaciones, se han perdido las “ganas”, lo mismo que ayer era propio, hoy es ajeno.

¿Qué ha sucedido? ¿Hemos dejado entrar a nuestro vínculo a ese crucial huésped que  se llama rutina? ¿Cómo se ha infiltrado en nuestra intimidad? ¿Por qué suceden estas cosas? ¿Acaso no seríamos felices y comeríamos perdices como en los cuentos?

En la mayoría de los cuentos, el tiempo es una constante variable, que es vivida como tal por el autor, pero en la vida real, los protagonistas le asignan al tiempo un carácter atemporal, eterno; donde siempre hay tiempo para perderlo o postergar, que es en otras palabras lo mismo.
Las parejas compran esta creencia y se adentran a caminar en forma automática, prometiéndose en cada milagroso y fugaz despertar, que al día siguiente harán algo distinto para recuperar “la chispa” pero esas son sólo bonitas ideas. Lo cotidiano tira más que el deseo que hacer algo diferente.

Ese OTRO que hemos elegido, se ha vuelto parte de nuestro andar, tan común, tan conocido, tan previsible, que nos damos el gusto de perder la capacidad de asombro y la de asombrarnos. Está ahí cocinando o tal vez mirando televisión. Y estamos seguros de que ahí se quedará, que si decide irse, será tan sólo unos metros, que regresará siempre; construimos certezas que nos hacen perder la necesidad de cuidar lo conquistado, porque ya es nuestro.

Y la rutina se establece como amo y señor de nuestro presente. Pero ¿qué es la rutina? ¿Es algo externo que como una bacteria  viene a contaminar el lazo?

La rutina no es más ni menos que el desinterés con el que elegimos relacionarnos. El descuido que empeñamos en comunicar; el desdén con el que tratamos lo que amamos. La falsa seguridad que experimentamos, “ya tenemos lo que queremos”, nos hace cometer el mayor de los errores: La desidia.

Nos relajamos absurdamente, bajamos nuestras guardias, y dormimos sobre los laureles.

No es un hecho que debamos perder lo que tenemos para saber su valor, podemos reconocerlo aun teniéndolo. Todo es cuestión de compromiso, éste último entendido como la capacidad de elegir algo, declarar que eso queremos para nosotros y hacer que eso ocurra en el momento que dije que ocurriría.

Descuidar a quien a amamos, es de alguna manera una forma de romper un acuerdo con nuestra propia elección, es olvidarse que en algún tiempo lo elegimos para nuestra vida.

La invitación es a despertar, a recordar que ese OTRO que está a nuestro lado, está ahí porque nosotros quisimos que así fuera, y si eso  fue hecho del corazón, ¿por qué ahora, hay momentos en los que nos parece extraño? No ha dejado de ser su esencia, nuestros lentes se han empañado por la indiferencia; salir a buscar fuera de la pareja la “novedad” no resolverá el conflicto de la “rutina”. La cotidianidad es nuestro modo de operar y relacionarnos.

Hasta que no sepamos observar esto, todo carecerá en algún punto de sentido. La búsqueda será eterna, y nada resultará satisfactorio. La vida que queremos está en nuestras manos; ¿pero qué  hacer de distinto para que Cupido no se vengue de nosotros? Gran pregunta, simple respuesta, aunque no fácil de practicar.

Lo primero que propongo es “aprender a desaprender” todas aquellas creencias que vivimos como certezas en relación al amor y que nos convierten en un “observador inocente e ingenuo”, me refiero a toda esa sucesión de dependencia a la que estamos acostumbrados desde pequeños. Canciones de amor de apego, desilusión, sacrificios, novelas de traiciones, infidelidades, rechazo, amantes humillados gozosos del insulto, perdones a medias, locura, suicidio. Nada de esto tiene que ver con el Amor. Al menos, no con su esencia. Esto es lo que supimos conseguir. Lo que creímos, aprendimos, compartimos. Pero existe una clase de amor, tal vez, menos digna de inspiración para los poetas; pero mucho más digna para la fragilidad de la vida que sostenemos: Es el Amor Maduro.

La cabal comprensión de que cuando me enamoro de alguien inicio un proceso de aprendizaje rico en experiencias; que somos dos al encuentro, con todo lo que implica “dos”, que lejos está de similitud, y muy cerca de variedad.

El primer tiempo como descrito arriba, es un torbellino fugaz y necesario, para que las corazas con las que actúo en el mundo se flexibilicen y dejen entrar a ese “extraño” a mi vida; sin ese permiso el encuentro sería casi imposible; la mayoría de las veces los hombres rechazan sistemáticamente lo diferente. Luego, cuando la marea se retira florece el sentimiento. Lo de antes era una pasión.

Cuando uno genera una relación madura de amor, la pareja es un punto importante en la vida del individuo pero no es la vida en sí misma. Cada uno tiene su poder personal, sus sueños, sus metas, sus pensamientos, cada uno es frente al otro: un mundo, un misterio; que se encuentran, y que coinciden. En el amor maduro, el individuo crece como persona, la relación es un espacio de aprendizaje, y experiencias, una oportunidad para desarrollar las fortalezas, y aceptar las debilidades.

Caminar de la mano de un amor maduro, abre las puertas del autoconocimiento y la empatía. Desarrolla nuestras habilidades sociales y nos predispone al desarrollo de nuestra inteligencia emocional. El encuentro con ese otro nos ilumina, nos recuerda que para amar, primero debo experimentar en y hacía mí ese sentimiento; cuando eso sucede, lo que comparto es amor, autenticidad y honestidad. Compartir es una forma de multiplicar lo que tenemos. Sólo compartiendo podemos extender la luz que somos.

HISTORIA

EL Ganoderma Lucidum es el nombre científico de una especie de
hongo rojo y se dice que es más potente que el Ginseng. Conocido como el
“rey milagroso de las hierbas”, el Ganoderma (también conocido como
Lingzhi en China; Reishi en Japón y Youngchi en Corea) es clasificado
como una hierba superior en la Farmacopea de Sheng Nong, un Antiguo
Texto Chino sobre Hierbas que data de hace más de 2.000 años.

Por miles de años, el Ganoderma Lucidum (el hongo rojo), un tipo
de hongo medicinal, ha sido considerado por los chinos como el “rey
milagroso de las hierbas”. Se dice que el Ganoderma puede mejorar la
capacidad de curarse del organismo, mantener un cuerpo sano y promover
la longevidad. Bajo la atenta investigación realizada por académicos de
Estados Unidos y otros paises en los últimos años, así como el análisis
cooperativo y los experimentos clínicos realizados en hospitales,
universidades y fabricantes farmacéuticos, el Ganoderma ha demostrado
que posee la capacidad de ayudar y fortalecer el organismo para que
funcione con mayor efectividad y eficiencia.

Es el producto más impactante de la historia médica
preventiva con más de 10,000 años, llamado medicina de Reyes. Ganoderma
actúa a nivel celular mayormente intensificando los linfocitos T del
sistema inmunológico . También es llamado anti-tumor por contener
Germanio en altas concentraciones.

El Ganoderma lucidum goza de especial veneración en
Asia, donde se ha utilizado en la medicina tradicional china como un
medicamento por más de 4.000 años, convirtiéndose en una de las más
antiguas setas de las que se tenga conocimiento hayan sido utilizadas en
la medicina.
Debido a sus presuntos beneficios para la salud y la aparente ausencia
de efectos secundarios, ha logrado una reputación en el Oriente, en
última instancia, como sustancia vegetal.
La palabra lingzhi, es chino, significa "hierba de la potencia
espiritual", y también ha sido descrito como "el hongo de la
inmortalidad".
En 1983 el Sr. Leow Soon Seng, Micológo, fundador de la Compañía,
comenzó a estudiar los hongos y descubrió 6 variedes de Ganoderma
Lucidum. Estandarizó las técnicas para cultivarlos y que la potencia del
hongo permaneciera intacta de cosecha en cosecha. En 1995 fundó la
compañía de Gano Excel localizada en Malasia. Se ha extendido a 28
Países y finalmente llego a Los Estados Unidos en el año 2003. Desde el
2007 Gano Excel está en Perú llevando mucha salud y prosperidad a las
familias.

GANO CAFE

Con un antecedente
inicial de plantaciones de orquídeas y un ávido interés por las
medicaciones tradicionales, el Sr. Leow Soon Seng, investigador
especializado en micología, comenzó estudios de investigación acerca de
diversas especies de hongos en Malasia en 1983.

Descubrió que el clima (82°F-89°F o 28°C-32°C) y la humedad de
Malasia son favorables para el cultivo del Ganoderma. Después de varias
pruebas y experimentos con más de 200 especies de hongos, descubrió que
el Ganoderma Lucidum, el hongo rojo, posee el mayor valor terapéutico,
en comparación con otros tipos de hongos. Sólo seis tipos de Ganoderma
Lucidum poseen el mayor valor terapéutico. En consecuencia, estas seis
especies son las utilizadas para producir el Ganoderma de Gano Excel.

El Sr. Leow ha
combinado el concepto del cultivo de tejidos con elementos 100% orgánicos para cultivar
el Ganoderma. Cáscaras acolchadas, harina de arroz integral y cortezas
del árbol del caucho se utilizan como medio de plantación. No se
utilizan productos químicos, pesticidas ni hormonas en el cultivo.
También se controla la exposición al sol para producir un hongo de la
más alta calidad. El Ganoderma toma aproximadamente 3 meses para
madurar; y el proceso de cultivo es supervisado estrictamente;
garantizando así el mayor valor terapéutico posible.

Al utilizar una tecnología y de alta sofisticación en todos los
niveles (cultivo, producción, Investigación y Desarrollo y
comercialización), el Sr. Leow Soon Seng, quien es también Vice
Presidente, es optimista en que Gano Excel surgirá como una fuerza de
importancia en esta industria.

Es
la combinación de las 6 clases de los más potentes extractos de
Ganoderma Lucidum.

Ganoderma Lucidum, contiene mas de 200 nutrientes vitales para la
salud; componentes que hacen la difenrencia con los demas productos
naturales del mercado.
LENTINAN. Un potente polisacarido que activa la
producción de linfocitos "T" de nuestro Sistema de Defensa. También
previene la degeneración de los órganos internos fortaleciendo las
células de los tejidos.
GERMANIO ORGANICO: Purifica y oxigena,
neutraliza los radicales libres y retraza el envejecimiento y
deformacion celular, conocido tambien como antitumor.
(Ganoderma esta aprobado por el gobierno
de Japón como MEDICAMENTO BASICO PARA EL CANCER).
ADENOSINA: Activa el Sistema Metabolico
y elimina la celulitis, colesterol y trigliceridos.
TRITERPENOIDES: Desinflamante y antibiotico
natural (neutraliza y elimina infecciones)
Albert Einstein dijo: “Algún día
nuestro alimento se convierte en nuestra medicina”.

GANO EXCEL, está haciendo realidad esta visión “TRAYENDO SALUD Y
PROSPERIDAD A CADA FAMILIA”



PROPIEDADES MEDICINALES DEL GANODERMA
.

El Ganoderma actúa directamente sobre:
•  Sistema Inmunológico
•  Sistema Circulatorio
•  Sistema Nervioso

¿COMO TRABAJA EL GANODERMA?

A.- DETECCION: Ayuda al sistema inmunológico a detectar que
parte de nuestro cuerpo necesita ser atendida de inmediato.
B.- DESINTOXICACION: Ayuda a eliminar
el exceso de ácido úrico, láctico, exceso de colesterol, deposito de
grasa. A través del sistema circulatorio, la orina, heces, sudor, etc.
C.- RECONSTRUCCION: Ganoderma
continua con la regeneración de las partes afectadas del cuerpo,
fortaleciendo el sistema inmunológico para volverlo más resistente a las
enfermedades, supliendo además los elementos esenciales, para una
recuperación rápida.
D.- REJUVENECIMIENTO: Al mantener las
funciones en perfectas condiciones físicas como mentales el
rejuvenecimiento es inevitable.

PRINCIPIOS BASICOS DEL GANODERMA LUCIDUM

1.- Las enfermedades
son provocadas por 2 razones básicas: La acumulación de tóxicos y por
un desbalance en las funciones.
2.- El Ganoderma, se ha comprobado que SANA bajo
consumo constante, al balancear los sistemas del organismo y sobre todo
al subir las defensas para enfrentar a las enfermedades.
3.- Muchas veces hay reacciones del cuerpo, lo que comúnmente se
llama CRISIS CURATIVA, es debido no solo a la
neutralización de las toxinas sino a las eliminación.
4.- No tiene ningún efecto secundario.
5.- Las unicas personas que no deben tomar Ganoderma Lucidum, son
aquellas que tengan transplante de órganos.

Gano
Excel™
asigna una gran importancia al control de calidad en
todas sus divisiones, desde el cultivo hasta la etapa de embalaje. No
comprometemos la calidad, ya que es el principio guía practicado de
forma diligente por nuestros investigadores y el equipo de control de calidad. Gano
Excel™
siempre está a tono con las últimas tendencias de
mercado, considerando todas las demandas para el desarrollo de productos
innovadores. Nuestra división de Investigación y Desarrollo continúa
constante y comprometida en esta área para mantener nuestra ventaja y
enfrentar los intensos desafíos de este nuevo milenio. Nuestros
productos se prueban para comprobar la ausencia de esteroides, metales
pesados, alcohol y otros elementos perjudiciales. Un método de
procesamiento y producción científico y sistemático garantiza que los
productos de Gano Excel™ sean de la más alta calidad



  • yeyi: EXCELENTE TRABAJO ASI LA GNTE SE VA ANIMAR FELICIDADES SON BUENOS
  • GRACIELA: VERDADERAMENTE PROFUNDA DURA REFLEXIÓN, LAMENTABLEMENTE MUCHOS DE ESTOS PRINCIPOS ÉTICOS NO LOS DESCONOCEMOS PERO AÚN SABIÉNDOLOS NO LOS PONEMOS E
  • GRACIELA: bellísimo pensamiento lleno de afectividad